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sábado, septiembre 23

SOBRE EL RACISMO IMPERCEPTIBLE EN LAS SOCIEDADES DE OCCIDENTE


Las imágenes de televisión que muestran a subsaharianos, pakistanís, marroquíes, árabes y otros inmigrantes temblorosos, con el susto y el sufrimiento de muchos años marcados en su joven rostro, no muestran el hecho de que también eso se ve en los aeropuertos de Francia, Alemania, España, Italia y el Reino Unido y en algunos países suramericanos. He estado en esos aeropuertos y con mis documentos de inmigrante regularizado hace muchos años hago la fila correspondiente y veo apartados, como apestados, a quienes han tratado de entrar sin los documentos correspondientes.
Pero lo de las pateras y cayucos es lo más lacerante y la rabia no se hace esperar cuando los partidos conservadores utilizan esto como arma arrojadiza. Cuando lo eventos de la valla de melilla, los negros gritaban !viva zapatero! y sin embargo Ebe Bonafini, la activista de las madres de mayo en Argentina insultaba al presidente español.
Cuando murió Adolfo Hitler en su búnker, el periódico ABC de Madrid puso un gran titular que decía “Un gran Arcángel ha subido al cielo”. Esa es la prensa que aún hoy sin dejar su deriva derechista nos sigue informando sobre la inmigración y por eso hay que tener enormes cuidados al leer las noticias que nos vienen de Canarias y releer las noticias de hace muchos años como la que salió en
El Plural.com:
“Un recorte de prensa del año 1949 circula por la red como un pásalo. La información demuestra que la memoria no es lo nuestro, tal y como denuncia la web social kaosenlared.net, y que los españoles también fueron inmigrantes ilegales en épocas pasadas. La imagen muestra a los tripulantes del barco La Elvira a su llegada a Puerto de Garupano (Venezuela), con 160 inmigrantes ilegales canarios. Un suceso que aconteció hace más de medio siglo: en mayo de 1949.Canarias, tierra de emigrantesHasta la década de los 70, Canarias fue una tierra de emigrantes. Un alto porcentaje de su población salió en búsqueda de recursos para mejorar su calidad de vida. De hecho, una gran mayoría zarparon en barcos clandestinos arriesgando su vida en el mar.”
Dice Eduardo Galeano preguntado sobre la inmigración:
“También aquí se trata de una cuestión de puntos de vista... Respondo recurriendo a un trabajo de imaginación histórica: la historia como habría podido ser... Cristóbal Colón no pudo descubrir América porque no tenía visado y no tenía ni siquiera pasaporte. A Pedro Alvares Cabral le fue prohibido desembarcar en Brasil porque habría podido llevar consigo la viruela, el sarampión, la gripe y otras pestilencias desconocidas en el país; Hernán Cortés y Francisco Pizarro se quedaron con las ganas de conquistar México y Perú porque no tenían el permiso de trabajo; Pedro de Alvarado fue rechazado en Guatemala; Pedro de Valdivia no pudo entrar a Chile porque no tenía el certificado de buena conducta otorgado por la policía; los peregrinos del Mayflower fueron devueltos al mar porque en la costa de Massachussets no había vacantes abiertas a la inmigración... Pienso siempre que para comprender una situación es necesario hacer este ejercicio del punto de vista. Así, con el tema de la inmigración habría que preguntarse qué habría pasado si América latina hubiera actuado de la misma manera que hoy actúan los países desarrollados frente a la inmigración. Hay muchos casos, no todos, pero son muchos los migrantes que hacen un viaje de retorno al país de origen del abuelo o de la abuela, como en Italia o en España, por lo que es de esperar que sean acogidos como lo fueron en América cuando el viaje se hacía en sentido contrario. Es una tragedia de nuestro tiempo esta inmensa masa migrante que vaga por el mundo buscando casa. Muchos son expulsados por las guerras, muchos por las catástrofes que se llaman "naturales", pero que de naturales no tienen nada, y muchos son expulsados por la miseria, por la pobreza. Cuando yo era joven existía una verdad universal: la pobreza es hija de la injusticia; si existía la pobreza, era porque existía la injusticia. Hoy las cosas han cambiado mucho: el mundo no piensa de la misma manera, y para buena parte de la humanidad o, por lo menos, para buena parte de la minoría gobernante, dominante, la pobreza ya no es hija de la injusticia porque la injusticia no existe, la pobreza es el castigo a la ineficiencia. Por lo tanto, no es injusta” Hasta aquí Galeano.

La tarea xenófoba de alguna prensa Europea nos ha sido avisada por muchos medios pero no ha calado tan a fondo como sería deseable e incluso entre gente de izquierda se ha despertado un racismo difícil de detectar. Cito palabras del veterano Haro Tecglen:
"La propaganda está empleando 'terrorismo' como sustituto de 'comunismo', que les ha quedado inservible para fines globales. El anticomunismo del siglo XX no sólo acabó con el comunismo, como era su lógico deseo, sino también con la cultura occidental, la política libre, el sentido de la democracia y del pensamiento abierto, y en ello estamos hoy. En España el antiterrorismo causa estragos a la libertad de pensamiento y expresión, manejado por un Gobierno adiestrado en la lucha anticomunista, capaz de mover partidos, pensadores y, periodistas al disparate y, naturalmente, a una opinión pública dañada: aterrorizada, que es lo que ellos pretendían. Eduardo Haro Tecglen”

Es muy común que se criminalice al mismo inmigrante tanto en Estados Unidos como en Europa. Son acusados de traer enfermedades, de no ser capaces de la integración, de practicar religiones extrañas, de crear guetos insalubres y de intentar subvertir la ley y presionar para que se acepten sus costumbres sociales y religiosas. Pero además se les trata como a niños en algunos ambientes y de eso no se salvan los subsaharianos, a quienes no se les presume ni inteligencia ni preparación.
Los partidos conservadores han criticado a José L. Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, que los procesos de regularización de inmigrantes de 2004-2005 han sido los que han disparado la avalancha de inmigrantes que llegan a las costas de las islas Canarias. Es el punto de vista propio de la falta de grandeza de los políticos de derecha españoles. Podría ser una forma más de “buscarle las cosquillas al otro”, muy propio en política menor, pero a la vista de embestida de la derecha mundial, lo que expresa la derecha en España es la muestra de la xenofobia y del racismo envueltos en un difuso discurso legalista-paternalista que culpa de un llamado “efecto llamada” a todas las leyes que aprobó el parlamento español en 2005. No son la causa de la avalancha de seres humanos, las guerras fraticidas casi siempre debidas a intereses que vienen de Norteamérica y de Europa. No es causa tampoco la televisión vía satélite que muestra las mieles del paraíso existente en Europa. Tampoco es causa de esta avalancha la falta de trabajo, la falta de todo aquello que les ha sido negado fuera de los paraísos foráneos. Para los políticos conservadores españoles, la causa es la política exterior española. Las leyes que regularizan a los inmigrantes que clandestinos son más baratos para los constructores que desean rebajar costos. Un constructor asiático paga como muchos 100-200 euros por un albañil. En Europa hay que pagar entre salarios y prestaciones sociales unos 1000-1500 euros. Pero si el inmigrante se presta, se puede arreglar con 500 euros. Que los socialistas regularizaran a los trabajadores que ya estaban trabajando es un palo que se le da a las mafias del ladrillo. Solo espero que a la hora de los votos se vea claramente quien ha pensado con grandeza y quien con mezquindad.

La sensación de impotencia que experimentamos quienes no vemos este mundo con separaciones que no sean artificiosas e injustas es solo una sensación para pasar frente al televisor. Es casi imposible hacer algo para ayudar en esta situación que no modifique las costumbres de tu vida. Contarles a tus hijos que esa no es la forma inteligente de distribuir la riqueza de este planeta, pero poco más.

Estudiosos han determinado que sin explotar la tierra inmisericordemente se puede alimentar a 12 mil millones de personas y esa es una cifra que alcanzaríamos dentro de 30 ó 40 años. La distribución de las riquezas de la tierra es un asunto que los partidos de derecha y las agrupaciones del mismo signo quieren hacer ver como un asunto de guerras y batallas y no como una oportunidadde ejercer la inteligencia. Basta con leer lo que los asesores norteamericanos, después de traer a los asesinos nazis para ser incorporados a los organismos de inteligencia norteamericanos decían al terminar la segunda guerra mundial: ““Los Estados Unidos poseen el 50% de la riqueza del mundo, pero sólo el 6% de su población... En tales condiciones, es imposible evitar que la gente nos envidie. Nuestra auténtica tarea consiste en mantener esta posición de disparidad sin detrimento de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterías. Hemos de dejarnos de objetivos vagos y poco realistas como los derechos humanos, la mejora de los niveles de vida y la democratización. Pronto llegará el día en que tendremos que funcionar con conceptos directos de poder. Cuántas menos bobadas idealistas dificulten nuestra tarea, mejor nos irá..." Estas terribles ideas fueron expuestas por George Kennan, el más influyente asesor del presidente Truman, según revelan hoy los documentos confidenciales de la época. No se puede esperar la más mínima piedad para los negros de Colombia ó Senegal porque no está el mundo actual diseñado para los pobres y perdedores sino para los ricos europeos y norteamericanos que una vez dejaron a África dividida y empobrecida y a una Suramérica cada vez más depauperada.

Sí ha servido el actual evento de las pateras y cayucos para observar el racismo imperceptible que ha perdido todo su pudor en estos días en los que África pasa una factura histórica a la gran Europa.

Recuerdo ahora, cuando veo los cayucos que arriban a Canarias con los náufragos africanos, cómo en el Pacífico colombiano, cerca de Buenaventura, en los ríos de esa exuberante selva, las canoas, similares a cayucos, van con negros descendientes de esclavos traídos para las cosechas del azúcar y las tareas difíciles de las haciendas de los ricos señores la zona occidental de Colombia. Igual de pobres y desheredados que los africanos, esos campesinos de las provincias de Nariño, Valle del Cauca y el Chocó también se embarcan en naves que van a Panamá y los Estados Unidos. Lo hacen en las bodegas de los grandes barcos y en las ruedas de los aviones porque al igual que los africanos, quieren escapar de la miseria que les ha preparado la clase política colombiana. En el río San Juan, hace muchos años yo recogía madera para las papeleras colombianas situadas en Cali y el trasporte era una odisea en la que los negros llevaban la peor parte y la mínima cantidad de dinero. Cargaban la madera a hombro en las barcazas que previamente yo llevaba desde Buenaventura a Tumaco y las poblaciones cercanas llenas de Kerosén y Gasolina. Mi tripulación era de raza negra y algunos blancos de la población de La Vigía, descendientes de los conquistadores que había traído don Nicolás de Federman desde Alemania, cuando Calos I de España y V de Alemania era el emperador y tenía hombres dispuestos a la conquista de América en casi toda Europa.
La vida de esta gente no era de envidiar y constaté los problemas que tenían a la hora de los accidentes en los aserraderos y en el campo. Sin prestaciones sociales, ellos veían en la televisión como vivían los negros en Norteamérica y en Panamá. Así que al conversar con ellos, la aventura de salir del país era una constante en sus sueños. Casi todas las semanas arribaba a Cali un avión con negros devueltos desde USA con policías norteamericanos que entregaban los chicos a la policía colombiana. Algunos eran detenidos por delitos anteriores ó eran soltados para engrosar la cantidad de desheredados de Colombia. Esto no es conocido en Colombia popularmente y sólo cuando se sabe de una desgracia ocurrido en una bodega de un barco, dónde a veces eran encontrados decenas de cadáveres, la prensa escrita da cuenta de ello pero pronto es olvidado. Dice Piedad Córdoba, senadora colombiana: “El país tiene una excelente capacidad para escandalizarse y no hacer nada después, sencillamente porque es un
país anímico, sin control, sin autocrítica...” Ella se refería en esta ocasión a escándalos políticos en Colombia, pero es una perfecta aplicación en este caso. Los políticos conservadores Europeos verían con muy buenos ojos que todo lo de las pateras y cayucos pasara a un segundo plano y que de esa manera cualquier actuación en la defensa de las libertades europeas como el uso de la fuerza no se vea tan mal. No me extrañaría que jalonados por Aznar, Berlusconi, Le Pen, Zarkozy y otros referentes de la derecha, comience el ametrallamiento en aguas de Senegal y de Mauritania de los cayucos repletos de inmigrantes.
También Truman dio la orden de tirar la bomba atómica sobre Hiroshima para salvar la visa de combatientes norteamericanos. Llenan de razones bastardas al gran público y luego actúan en consecuencia contra toda razón y sentido común. Saben que no ocurrirá nada porque a la hora de las elecciones todo ha sido preparado para ver a los buenos y a los malos en su sitio.
Lo que dice Piedad Córdoba se podría aplicar en Europa. Unos países que vean a los inmigrantes como enemigos a ser combatidos. Cuando se tomen medidas de fuerza, al igual que lo decía el presidente de los Estados Unidos para justificar el lanzamiento de su bomba atómica, “es para salvar vidas….”
Por eso la perversa idea de que el efecto llamada es debido a los procesos de regularización es activamente transmitida a los europeos y en la reunión reciente de Tampere, en Finlandia, fue expuesta por los halcones de esa zona del mundo. El documental “la pesadilla de Darwin” puesto en televisión española recientemente, muestra la miseria paradójica en Tanzania, cuando los aviones con tripulaciones baratas rusas llevan armas de fabricación europea, norteamericana, rusa y del medio Oriente a los convulsionados países africanos envueltos en guerras civiles. Luego se vuelven con Perca del Nilo del Lago Victoria y uvas surafricanas para los mercados europeos. Es el mercado internacional, la globalización que antes llamábamos imperialismo. Pero las amas de casa europeas compran a precios cómodos el pescado y las uvas que los africanos ven como productos de lujo lejos de sus posibilidades.
Paseando por Dakar, en la famosa plaza donde llegaban los coches del París-Dakar, fui objeto de un atraco. Días después, ya de regreso a Colombia, llegaron todos los documentos que tenía en la cartera. Solo faltaba el dinero y mis tarjetas y credenciales estaban en orden. Fue la oficina postal internacional la que me hizo llegar los documentos. Eso muestra que incluso los negros que me atracaron ese día no querían sino dinero y no hacer mayor daño. Y la misma forma civilizada de actuar, que les indicó que lo correcto era depositar en el correo los documentos robados, es lo que ahora hacen llegando a las islas Canarias. Solo quieren dinero y no hacer daño. La humildad con la que llegan es enternecedora y por eso algunos quieren mostrarlos como individuos violentos. La violencia con la que ha actuado Aznar en estos días preguntando por qué El Papa tiene que pedir perdón si quienes debían hacerlo eran los musulmanes por haber “ocupado España” durante ocho siglos. Contrasta la actitud soberbia del expresidente español con las formas humildes de los náufragos africanos en Las Canarias. Espero que con el tiempo la historia ponga en su justo lugar a los políticos y periodistas que han actuado con falta de grandeza de espíritu. Esa grandeza que sí han mostrado los agentes civiles de la Cruz Roja y de la Guardia Civil española que no ha mucho mostraron en la televisión como amorosamente abrazaban estrechamente a los inmigrantes para darles calor ante su hipotermia. Cómo turistas españoles y europeos daban primeros auxilios a los temblorosos y desfallecidos inmigrantes. También recuerdo que una turista dio de mamar de sus propios pechos a un bebe inmigrante. Esa es la Europa que conocemos, la de Voltaire y Kant , Adenauer, Zapatero y todos aquellos quienes desde la fundación de la Europa comunitaria han querido establecer un espacio de libertad y de bienestar, tan lejos de lo que el tercer mundo necesitaría y de esa América evangelista dañada en sus metas que una vez tuvo cuando Franklin mostraba esos logros en Europa.