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jueves, mayo 1

URIBE MUERDE AL ESTADO COLOMBIANO



Es casi el momento de que el presidente colombiano, Álvaro Uribe se haga un autogolpe de estado. Cuando Adolfo Hitler mandó a quemar El Reichtag no tenía ni un mes en la cancillería alemana. Ese fue el punto de partida para que el dictador nazi comenzara su creación del nuevo estado nacionalsocialista. Hitler acusó a los comunistas del incendio y un pobre inmigrante holandés fue encarcelado.

Las estrategias de Uribe son de ese tipo, y posiblemente en su mente tenga ya diseñada la forma de huir hacia delante como lo hizo Hitler, contando con el apoyo incondicional de la población. Con una Corte suprema pisándole los talones, casi la mitad de los congresistas en la cárcel, confesiones de los paramilitares como las de Salvatore Mancuso que muestran “las vías de Uribe hacia la paz”, las otras confesiones de otro paramilitar que acusan directamente a Uribe de ordenar matanzas cuando era Gobernador de Antioquia, el fantasma de Pablo Escobar despertado por Virginia Vallejo, la detención de su primo y hombre de confianza Mario Uribe Escobar por vínculos con las mafias del narcotráfico y los paramilitares, el tratado de libre comercio con USA pudriéndose en los escritorios, la situación con las Farc e Ingrid Betacurt, sus peleas con Correa y Chávez, las denuncias de otros políticos, el nuevo Affair con Yidis Medina , quién harta de esperar promesas para pagar su voto afirmativo a la ley que permitía la reelección del presidente, cosa que prohíbe la constitución del 91, encendió el ventilador y amenaza con ser otro escándalo de los muchos que causa la mente criminal y mafiosa de algunos senadores y representantes colombianos.

Así que es la hora de un golpe teatral como el de don Adolfo. Si Uribe disuelve las cámaras, destituye a la corte suprema de justicia, declara el estado de sitio ó lo que le dé la gana, contará con el apoyo de los medios de comunicación más influyentes del país y el partido conservador y la derecha de los liberales, los gremios proclives al neoliberalismo, los paramilitares, los contrabandistas, los narcotraficantes, y todo aquel que se considere perseguido por la justicia.

Lo que no puedo entrever es si ese paso será con sangre de por medio ó con amenazas tipo mafia siciliana. Como le es conveniente mostrar la cara democrática maquillado debidamente su rostro fascista, creo que todo sucederá bajo la atenta mirada y vigilancia de los generales. Ellos también tienen mucho que perder si la corte ó las autoridades civiles toman cartas en el asunto. La toma del Palacio de Justicia a mediados de los años 80, su asociación con la delincuencia organizada, la actividad represora contra sindicatos, estudiantes y campesinos, hace de los militares objetivo de las autoridades mundiales como la corte penal de La Haya.
Dice el periodista de “La Jornada” de México José Steinsleger
“A Álvaro Uribe le urge una guerra
En lo que resta de su mandato, el inquilino de la Casa Negra intentará ejecutar, por todos las vías, un par de fuertes jugadas políticas: el derrocamiento del presidente boliviano Evo Morales, y el sostén a ultranza del gobernante narcoparamilitar Álvaro Uribe Vélez, jefe de jefes de la mafia colombiana.
Apolinar Díaz-Callejas, eminente jurista internacional, calificó de “tremenda” y “nunca antes vista” la situación del país sudamericano. No es para menos: 33 legisladores oficialistas tras las rejas, 70 más investigados por la justicia, y un presidente con “84 por ciento de popularidad” según Mitosfky, encuestadora gringa que amerita su nombre.
Recordemos a Luis Guillermo Giraldo, ex embajador de Colombia en México, cuando muy ofendido observó que no era cierto lo afirmado por este articulista al decir que tres cuartas partes del Congreso de su país estaban integradas por diputados y senadores vinculados con los cárteles del narcotráfico y los paramilitares (El Correo Ilustrado, 8/7/06).
Respetuoso de la investidura diplomática como soy, pensé que mis fuentes habían sido manipuladas por Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la mala vecindad. Pero luego supe que el 2 de enero de 2005, viajando en su automóvil por Insurgentes, de sur a norte, don Luis dio una vuelta prohibida a la izquierda y chocó contra el Metrobús.
El caballero acabó en el hospital y, a causa del accidente, una joven de la embajada asegura que su jefe quedó mal de la cabeza. “Por todos lados creía ver colaboradores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”, me dijo. En noviembre de 2006, Giraldo fue remplazado por el señor Luis Camilo Osorio.

Ideólogo de la “seguridad democrática”, Osorio es un firme partidario del drama uribista: plomo más motosierras, con telón de fondo de miles de campesinos que lloran a sus familiares masacrados, y cerca de 4 millones de desplazados. El fiscal general de 2001 a 2005 ha sido acusado de encubrir masacres, ejecuciones extrajudiciales, e inhumaciones clandestinas de cientos de personas. Pero ya el colega Carlos Fazio se ocupó del señor embajador en un artículo donde se detallan sus patrióticos servicios a Colombia (La Jornada, 17/6/07)”.

Difíciles pruebas a las que serán sometidos los colombianos. Pero los peores tragos amargos vendrán cuando el sórdido presidente colombiano obligue a sus compatriotas a tomar partido ante los “democráticos” actos de la clase política. Especialista en mostrar exactamente lo contrario ante la opinión pública, Uribe convencerá a sus seguidores que han sido los comunistas, guerrilleros y corte suprema quienes lo han obligado a tomar esta determinación. Hitler convenció a los suyos que los culpables de la suerte de los judíos eran los mismos judíos.

En un escenario así, Uribe Vélez como dictador salvador de Colombia, la izquierda será borrada del mapa a fuerza de fusiles y motosierras, el negocio del narcotráfico será más eficaz, las cifras macroeconómicas de Colombia crecerán y con ellas la pobreza y la marginación, como en todo ambiente neoliberal. Es lo que plantea Berlusconi y Aznar con diferentes discursos. En esencia es lograr que en la mente de la población libertad sea el término peor entendido de la historia. Tan mal entendido que en el uso de la libertad los mismos demonios de la tierra creen su propio paraíso con mazmorras incluidas.

Estos días, en la tierra de Freud y de Hitler, se ha conocido un nuevo caso del horror. Un abuelo, Josep Fritzl, libre de toda sospecha, confesó a la policía que tenía encerrados por 24 años a su hija, que quedó embarazada por él en 7 oportunidades. En su encierro, en una mazmorra, la hija fue violada repetidas veces y sometida a vejámenes durante todos esos años. Además de haber sido violada por su padre, 3 de sus hijos compartieron su encierro y los otros 4 vivían con el padre-abuelo como nietos abandonados por su madre. Esa mentira fue la verdad para todo un vecindario. Es la libertad entendida así por la derecha. Es la libertad de los sacerdotes católicos pederastas. En la cristiana Austria hay suficiente espacio para el ejercicio de esta libertad.

No es raro en un ambiente envenenado como ese, que el sr. Fritzl fuese un votante del partido de extrema derecha de Haider. Eso no está debidamente contrastado, pero a mi modo de ver que un individuo como este sea un nazi es casi natural.

Si bien la maldad es a todas luces manifiesta en el caso de Fritzl, en el caso de Uribe la maldad es difusa. Lo que sucede en el interior de los cerebros de estos criminales como Fritzl, Hitler ó Uribe es algo siniestro no entendible por parte de quienes votan a su favor ó defienden honestamente sus ideas. Si no se entiende algo es que no es así ó no existe. Si creo que Uribe es un hombre honesto, entonces todo lo que sale a la luz pública tiene que ser una confabulación, una trama urdida por las fuerzas del mal. Dios ha de defender a estos hombres que tiene que defenderse de los ataques del demonio.

Por eso es que las mafias, las fuerzas ultraconservadoras, quienes defienden guerras y someten a la población a la mordedura del miedo ven con muy buenos ojos el avance de la internacional milagrera, el crecimiento de la población creyente en “fuerzas divinas”. Las religiones y las sectas son un invaluable servicio para hombres como Uribe y Bush, pero están hechos de la misma pasta que el buen abuelo de Amstetten, a quien le saldrán defensores con toda seguridad.