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sábado, marzo 10

MANIFESTACION EN UNA CIUDAD SECUESTRADA POR LAS MAFIAS NEOLIBERALES


En el momento de escribir esto estoy viendo en la tele, el intento desesperado de distorsionar la realidad en la televisión de Madrid. Gritos de libertad en la garganta de personas que aman la figura de Francisco Franco, de Mussolini y Adolfo Hitler. Piden dimisión al presidente de España que más votos sacó en unas elecciones. El teocrático Partido Popular Español grita improperios contra la banda ETA que a su vez es una creación de las reaccionarias sacristías vascas. El enemigo magnificado para estas fechas preelectorales, que fue más perdonado en la etapa Aznarista que en la del partido socialista.
Como música de fondo, los responsables de esa manifestación se atrevieron a poner “Libertad sin ira”, canción que sirvió durante la transición de los años 70 y que los conservadores consideraron siempre como un himno denigrante, de la misma manera que los mismos conservadores ponían énfasis en un llamamiento a “la rebelión política” contra el gobierno del socialista Zapatero. También se atrevieron a utilizar el famoso lazo azul que es un símbolo contra ETA y no contra el gobierno. En mi tierra dicen en estos casos “…los pájaros tirándole a las escopetas…”

Lejos de sentirme contento por ver a un grupo humano cavando su propia fosa, veo más necesario que nunca que los conservadores se sacudan a la extrema derecha de la cúpula del Partido Popular Español. No es bueno ni para la misma derecha española que se adueñen los ultras de un partido que puede ser la alternativa al gobierno de una nación democrática.

Además habremos de recordar que el partido nacionalsocialista alemán llegó al poder al ganar unas democráticas elecciones en 1933 después de una campaña en la que sin tapujos se convenció a los alemanes que la mayor lacra de Alemania era la presencia de judíos en sus tierras. Como las armas de destrucción masiva de Saddam, el miedo dosificado entre la población surte muy buenos resultados.

La forma torcida como se está presentando por parte de los conservadores el tema de la lucha contra el terrorismo de los extremistas de ETA, por parte de quién tiene precisamente la iniciativa legal de hacerlo, que es el gobierno de turno –ya tuvo el PP ésa oportunidad- pone de manifiesto que todo esto es parte de una trama sofisticada por la cual en la percepción de los españoles, los ultraconservadores luchan por la libertad, los derechos humanos y la pluralidad. Nada que ver con Franco y Mussolini. Muy buen intento de lavado de imagen, en un momento que las modernas tecnologías de la información nos muestran mejor la historia y podemos tener claro cuales son las verdaderas claves de la realidad.
Usurpar símbolos es una práctica de vieja data. En Colombia muchos votantes del partido liberal que siempre estuvo a la izquierda votaron por un neofascista que hoy es el jefe de estado en ésa nación.
No sería nada extraño que en España volviera a gobernar el partido que defendió la entrada de España en la guerra de Irak. Los muertos en la masacre de Atocha debería poner a pensar a los españoles que la barbarie que nos sacudió el 11 de marzo de 2004 es imputable como responsable político a José María Aznar y que eso lo convierte en criminal de guerra.
Eso lo sabe el mismo Aznar y por eso sufrimos este descarado intento de subvertir la realidad y la usurpación grosera de los símbolos de una nación todavía convaleciente de casi 40 años de dictadura fascista.
En las próximas elecciones generales, veremos qué tan buena ha sido la labor de los ultraconservadores en su intento de arrancarle votos a esa masa de jóvenes que llevaron a Rodríguez Zapatero a la preidencia de Gobierno. Una presidencia que ha llevado a los ciudadanos de España a las más altas cotas de libertad individual y colectiva.