Llego a Buenaventura
en 1976 y
encuentro que mi
padre tiene al
antiguo Barco “Juan
De Ladrilleros” acondicionado
como tanquero, para
traer al puerto,
desde Panamá, desde
la hermosa isla
de Taboguilla y
desde el puerto “Puerto
Caimito” aceite de
pescado…es para fabricar
en Buga margarina….con el tiempo vi
todo ese proceso….se
le quita el
olor y sabor
a pescado con
un chorro de
hidrógeno…un proceso industrial
que se suma
a otros para
agregarle sabor y
color de mantequilla
a esa grasa
gris, casi negra…
El Juan de
Ladrilleros se hunde
en medio de
una fuerte tormenta
en ese inquieto
océano Pacifico….
Es entonces cuando
mi padre me
indica que vaya a
ver las condiciones
de una barcaza
de 600 toneladas,
6 tanques independientes a
Barranquilla….
Quien me sirve
de amigo intermediario
es el capitán Mauricio Botero
a quien llamamos
Boterito por su
pequeña estatura…es un ingeniero naval,
que estudió en
Alemania….es un capitán
de la armada
colombiana a quien
conocí siendo oficial
en la bella
ciudad de Barranquilla….
Me lleva a
casa de don Camilo
Eslait y me
comenta que se
trata de un individuo muy
versátil, que está pendiente
de sus artefactos
navales, de sus
fincas ganaderas y
de varias propiedades….es un
hombre dedicado a
un intenso trabajo…
Recuerdo que me
llevó a un
restaurante y a
su casa, donde
su esposa nos
preparó comida árabe….le
conté que me
encantaba el Kibbe
y el Tabule…hablamos de
barcos, de mi
carrera en Cádiz,
de mi familia…de
mi colegio Biffi…
Reímos y me
dijo que el
tal Holmes Trujillo,
era un tipo
que solo ambicionaba
tener en su
corrículum el ser
candidato a la
presidencia…le dije que
fui comunista en
mi juventud, y
rió a carcajadas
porque sabía que
mi padre era
muy conservador…
Me llevó a
ver la barcaza….tenía a
unos trabajadores pintando
la cubierta y
soldando unos imbornales…creo que
hablaba por un
Walkie-Talkie….no había celulares en
esa época….
La inspección la
hice con muchas
fotos -llevé dos cámaras,
una Nikkon y una Fuji-
un cuaderno de
notas y mi
padre me estuvo
dando indicaciones para
esa inspección….
Creo recordar que
don Camilo me
llevó al restaurante
del hotel Majestic
o al Brandes…pero
lo que más
recuerdo es esa
comida árabe en
su casa….le conté
mi agrado al
comer en el
restaurante Trípoli y
en el Merendero
en mi época de
estudiante de bachillerato….
Era 1978 o
poco después…por eso
algunas cosas las
recuerdo vagamente….y algunas
fotos ya se
han perdido….
Tampoco recuerdo si
conocí a su
hija Zamira y
a sus otros
hijos…solo a la
madre de ellos…
Otro amigo de
mi padre, el
llamado “perro Vera”,
un capitán también
de la armada,
trajo el remolcador
de mi padre
de Buenaventura a
Barranquilla, equipado con
un poderoso motor
Atlas Imperial de
600 B.H.P. con
un bolard pull
-es decir una
potencia de arrastre
de 50 toneladas
en el largo
lazo de naylón
de 3 pulgadas
de espesor- y
que fue una
de mis preocupaciones durante
los años que
hicimos viajes de
trabajo….hasta 4 viajes
mensuales y mi
padre yo nos alternábamos
el
trabajo de acompañar
al remolcador y
su barcaza o pangón…era un
cambio de roll
que yo hice
varias veces como
viajero a bordo
de la barcaza…y
recuerdo esas noches
llenas de estrellas
en la cubierta
de la barcaza….las noches
del Pacífico son
espectaculares y recordaba
las noches de
Barranquilla cuando se
iba la energía
eléctrica…estrellas ensoñadoras….
Don Camilo Eslait
ha dejado una
profunda huella en
sus amistades y
familiares…tal como lo
hizo mi padre,
ese marino nacido
en Palmira, arquitecto
naval del M.I.T. de
Boston que nos
dejó en 1998…cuando
ya me encontraba en
España…
Camilo y Alfonso…dos
hombres irrepetibles…..
JJMM