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sábado, mayo 17

tiempo de huracanes, por Manuel Guzman Hennessey



Manuel Guzman Hennessey es un personaje atípico।Su pluma nos pasea por la política y la ciencia, por la historia y otros asuntos en el amplio abanico de sus intereses। Con el gracejo costeño de su Barranquilla natal, similar al de los andaluces españoles no es raro que esas tierras dejen al mundo genios como García Márquez. En este artículo hay la mezcla que tanto me gusta de esas cosas que pareciendo inconexas muestran ese bloque llamado existencia, en el que hay el caos y el orden, el odio y el amor, la política y la antipolítica, la verdad y la mentira.

Leí el artículo mientras escuchaba una obra para órgano de Carlos María Widor y pienso que el ser humano para elegir sus creaciones, además de ser un genio debe saber mezclar los hechos inconexos. Manuel sabe hacer esas mezclas.

ALLEGRO

Tiempo de huracanes

Por

Manuel Guzmán Hennessey

Antes de que los habitantes de Birmania hubieran acabado de contar y enterrar a sus muertos, tembló China. Y los efectos del huracán, hoy se confunden con los del terremoto. Pero antes de que se sepa exactamente cuántas víctimas hay que atribuirle a este último, nuevos tornados y nuevos terremotos amenazan a China, y a otras regiones del Asia. Antes de que nosotros acabemos de asimilar la lección que nos dejan las hecatombes que ocurren lejos de nuestras fronteras, tiembla la estantería básica del establecimiento. Y Gordolindo y sus amigos amanecen de súbito en Estados Unidos. Son catorce los angelitos expatriados. Pero antes de que en las cárceles acaben de inventariar sus pertenencias abandonadas apresuradamente (y por una parte el director de la Policía asegure que los computadores están en cadena de custodia -vaya palabreja- y el abogado de uno de ellos diga que nada de custodia, que ellos ya reclamaron el computador). Antes que acabemos de escuchar las explicaciones de unos y otros, y de que empiecen los juicios en Estados Unidos, y descifremos por fin el siniestro galimatías, el eximio presidente de aquella nación suelta otra de sus frases en Israel: nuestras naciones afrontan grandes retos y tienen los mismos principios para triunfar. Pero antes, mucho antes de que empecemos a asimilar el contenido de tan profunda filosofía, y de que nos percatemos que una de las dos naciones no es la nuestra sino Israel, la mujer de Tony Blair pronuncia otras palabras, para las cuales no hay necesidad de un esfuerzo mayor: un maldito estúpido, dijo refiriéndose a Bill Clinton y su episodio con Lewinsky. Pero antes de que entremos a analizar la ira de la señora Blair, y a poner el contexto psicoanalítico debido, encontramos que sobre Hillary se viene, lanza en ristre Elvira Lindo, una columnista de El País, que se las trae: esa señora que a los ojos de cualquiera despliega una seguridad apabullante, sigue siendo en el fondo la estudiante feúcha, de aparato en la boca y gafas de culo de vaso que, a pesar de sus principios feministas, todavía no se puede creer que se ligara al tío más popular de su universidad? es en el fondo una mujer tan acomplejada que no ha sabido desembarazarse del hombre que está siendo su ruina.

Antes de que acabemos de asimilar el horror del austriaco que violó por veinticinco años a su hija, y amenazó con envenenar a quienes declararan en su contra, en el juicio que se le sigue, se descubre que otro austriaco, de 39 años, mató esta semana, con un hacha, a su mujer, su hija, sus padres y su suegro. Antes de que acabemos de celebrar el mayo del 68, ocurren en este mayo revueltas en todo el mundo, que poco tienen que ver con los ideales pacifistas de Daniel el rojo. Una oleada de bombas sacudió la India antes de ayer, y el martes otra bomba, esta vez de la Eta, dejó varios heridos en Alava, y en Nápoles unos energúmenos atacaron un campo de rumanos, y un cohete dejó catorce heridos en Tel Aviv. Antes de que encontremos herramientas apropiadas en la ciencia, en la filosofía, en el pensamiento acumulado de la humanidad que nos permita comprender el caos en que vivimos, o por lo menos aproximarnos a una interpretación que nos mantenga viva la esperanza, un astrónomo atolondrado del Vaticano ha salido a decirnos que los seres extraterrestres podrían ser nuestros hermanos, puesto que el poder de Dios, según este iluminado, alcanzaría también otras galaxias.

Entonces uno agradece la clarividencia de la poesía, aparta de sí este cáliz de la pseudociencia y esgrime un verso de Borges para enfrentar la difícil realidad: Tyger Tyger!

Manuel Guzmán Hennessey

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manuelguzmanhennessey.blogspot.com