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miércoles, febrero 15

TAREAS PARA EL FUTURO DE LA DERECHA MUNDIAL

DISEÑO DE LA OPINIÓN MUNDIAL
Se comienza por diseñar la opinión del propio entorno. Usando todo tipo de argucias. Es un tipo de manipulación de las otras mentes para obtener resultados positivos. Es una actividad que desarrolla el ser humano al menos desde hace un millón de años, cuando aún era un incipiente homo sapiens.

En todo este tiempo el ser humano ha visto los beneficios que trae para el individuo ó para el grupo, direccionar la opinión sobre lo que se piense, se diga ó se haga. Eso incluye la verdad y la mentira, el amor y el odio, el engaño y la información veraz. Por supuesto los ardides y los planes bien y mal intencionados.

Con el paso de los años, hemos comprendido también quién está mas predispuesto para ser influenciado y hemos concluido que si una persona ó un grupo humano tiene una forma básica de pensar, el trabajo de diseñar su opinión pasa antes por el trabajo de diseñar su percepción. Esta es una labor que comienza por hacer que un individuo sienta y vea cosas que no son reales ó que no son objetivamente demostrables. El trabajo de un buen ilusionista es precisamente ese. Pero entre el ilusionista que hace ver cosas irreales por diversión y el iluminado que muestra milagros hay un nutrido abanico de personajes entre los que se cuentan los profesionales de la política y la religión.

DISEÑO DE LA PERCEPCIÓN DEL HOMBRE OCCIDENTAL

Esta ha sido una labor que se ha nutrido de elementos científicos, desde el uso de las palabras correctas como el que se enseña a los vendedores ó el uso de las formas y protocolos, como lo hacen los diplomáticos.

Pero como el vendedor ó el diplomático, otros profesionales como los políticos ó los sacerdotes deben usar una enorme y compleja variedad de procedimientos. Los sacerdotes egipcios no tenían que hacer demasiados esfuerzos para convencer a los campesinos de las riberas del Nilo para obtener de ellos su obediencia y sumisión. Con el paso de los siglos y sobre todo con los pensadores del siglo XVIII y IXX las cosas se pusieron más difíciles para quienes pretendían crear la ilusión de dioses y mensajes de los cielos ó aceptar una gran variedad de costumbres que lesionan la dignidad del hombre y hasta sus pertenencias.

Sólo se pusieron más difíciles pero no imposibles. En este siglo XXI vemos la terrible acometida que se hace a la ciencia y a la razón, precisamente en los países donde no se podría esperar tal cosa.
Para llegar a las mentes de un individuo ó de todo un pueblo, antes se entraba a fuego y desarrollando toda una apasionada actividad de fuerza y violencia. Ahora, con más suavidad, se diseña la tarea en laboratorios de la mente. El subconsciente, lo llamado políticamente correcto en cada zona del planeta, las nuevas teorías sociales y los medios de comunicación dirigidos por hábiles profesionales moldean nuestra percepción. ¿pero cómo se precede?

Se trata de convencer y para ello no se puede usar mucha violencia sino mucho dinero, mucho poder ó la ilusión de que éste está al alcance de la mano.
Pero la costumbre de hacer política del siglo XX no es fácil de dejar de la noche a la mañana. Siempre habrá anacrónicos personajes que se empeñen en seguir con esas filosofías y los diseñadores de la nueva derecha lo saben. Eso ha hecho que los cambios de percepción sean tan diferentes en la década de los años 50 a la presente década. El ser humano de hecho tiene una mente muy compleja y que responde a un mismo estímulo de manera muy variada. Con el tiempo se ha hecho más complejo el repertorio de respuestas ante un estímulo.
Se requiere por lo tanto de una nueva forma de “convencer” a un público muy complejo y variado, con una educación que ha crecido en los últimos años por la enorme cantidad de ediciones de libros, bibliotecas públicas, el modernísimo y preocupante Internet, y otras formas de cultura popular como la educación obligatoria y gratuita.
Esto no lo ignora la derecha internacional y su trabajo se ha hecho sólo más complejo. Pero si hay payasos en escena el trabajo puede echarse a perder. Esos payasos son los nostálgicos de la derecha que no han visto ó no quieren ver el cambio de las sociedades modernas. Los casos más claros de estos personajes son Bush, Aznar, Berlusconi y algunos personajes de la política conservadora de América Latina como Uribe en Colombia ó Fox en México.

ACUMULACION DE CRUZADAS DE AZNAR, BLAIR Y BERLUSCONI

A estos personajes tocados por el mesianismo típico del siglo XIX, Dios les ha puesto en la Tierra para salvar Occidente. Antes era salvar a la humanidad del comunismo ateo. Ahora es salvar al mundo de las garras de Mahoma.
Son incómodos. Manejan una extrema derecha que se necesita para otras cosas. Pero es actualmente el punto de vista imperante. Sólo que hay unas contradicciones de bulto. Si el actual fascismo norteamericano es pro-israelita, como demonios pongo de acuerdo a las huestes cristianas integristas si hay judíos de por medio.
Además, hay cristianos protestantes y católicos. Si bien las heridas de la época de Lucero ya están cerradas, aún quedan cicatrices. Y los rencores religiosos siempre están a flor de piel.
Para llevar a cabo una tarea planetaria, personajes mesiánicos como Bush, Aznar ó Berlusconi pueden no ser ya los más adecuados. Aznar quiere salvar a América Latina de las garras de la izquierda y Berlusconi últimamente dice que su personalidad es superior a la de algunos héroes históricos de la humanidad. Es un fantoche y presume de ello. Bush por su parte obedece órdenes de los amigos de su padre y encuentra la manera de seguir en su puesto a todas luces superior a sus capacidades.
Aquí es donde entran las agrupaciones de las gentes que manejan el capital, el dinero y los recursos que utiliza este planeta: sociedades que no hace mucho eran llamadas con razón “sociedades secretas” que la derecha mundial manejó con destreza hasta no hace mucho tiempo.
Pero hoy algunas de esas sociedades ya no son tan secretas y por el contrario son muy conocidas.

LAS SOCIEDADES SECRETAS
Esto de las sociedades secretas ha sido un tema interesante para las mentes que buscan razones febriles ó dónde no las hay. Ellas son la razón de vivir de algunas mentes ultraconservadoras como el mismo Adolfo Hitler. La masonería, la P2 de Licio Gelli, algunos grupos al interior de la Iglesia católica, los partidos de derecha y algunos de Izquierda, todos tienen una enorme fascinación por lo religioso y lo ritual como embalsamar cadáveres.
Pero en el mundo moderno, eso ya no vende. Hay que hacer lo mismo pero sin la parafernalia semireligiosa de las antiguas sociedades secretas. La derecha moderna sabe que no tiene que tomar ese tipo de posiciones y se han diseñado acciones novedosas. Una de ellas nació en 1954 por la actividad de un “iluminado” de sangre azul: el Príncipe Bernardo de Holanda, en un Hotel de los pises bajos llamado Bilderberg. A continuación una explicación que he encontrado en Internet sobre Bidelberg:

“Situado en un alto de una campiña de Oosterbeck, al noreste de Holanda, se erige el Hotel de Bilderberg. Un edificio moderno de tres plantas con tejados a dos aguas. Entre sus servicios destaca una fina cocina, la tranquilidad del complejo y una veintena de salas equipadas para acoger reuniones de negocios. Prestaciones que le han proporcionado un renombre internacional, como cita su publicidad en la red. Pero la promoción se olvida de algo más simbólico que ocurrió bajo sus cimientos en 1954. El Príncipe Bernhard de Holanda reunió a puerta cerrada a la flor y nata de la política, la empresa y las finanzas mundiales a fin de que éstos armonizaran la política internacional de los aliados en plena Guerra Fría.
Este grupo supranacional pretendía dinamizar las relaciones transatlánticas a través del fortalecimiento de Naciones Unidas. La intención: convertirla en un gobierno mundial de hecho, que a su vez garantizase la voz cantante tanto de América del Norte como de Europa en la escena internacional. Para ello creían necesario que ambos actores fueran pragmáticos y vigilasen las consideraciones geopolíticas y geoestratégicas. La ecuación era sencilla. Si algún régimen quiere cambiar el mundo, éste sólo podrá conseguirlo con la búsqueda de consensos en los grandes temas que dominan la agenda internacional y que respaldan los poderes. Y como los gobiernos son incapaces de llegar a acuerdos en los grandes asuntos supusieron que nadie mejor que la iniciativa particular para lograr este fin.”

Lo que sí está claro es que se trata de un grupo humano con fuertes intereses. Pero humano al fin y al cabo. Y discuten entre ellos. Se forman grupos de presión y tienen que llegar a acuerdos. No podemos perder de vista que esos grupos normalmente se dan plazos y se fijan metas. Ponen fechas límites para que se lleven a cabo determinadas tareas. Luego se hace un balance de las situaciones creadas. Cuando se produjeron los hechos del 11 de septiembre de 2001, seguramente había personas a las que no tomó por sorpresa la bárbara acción terrorista. Quizá al interior de un grupo humano como el Club Bilderberg se produjo el natural horror ante las dantescas escenas. Pero con el tiempo seguramente se han producido fracturas al interior de este club, por la posibilidad de que todo haya sido una trama ideada precisamente por los halcones del partido republicano norteamericano. Independientemente de que esto sea verdad ó mentira, más de uno en ese club debe tener la mosca detrás de la oreja.
Con el desastre y el empantanamiento de las acciones bélicas de Irak, a Bush y a su camarilla integrista de la Casa Blanca se le deben haber agotado los apoyos incondicionales. Sólo le quedarían las payasadas de los emergentes de la Europa del sur y algún lunático que se ha creído las historias contadas por los integristas cristianos.
Dentro del Club Bilderberg deben haber sonado las campanas de aviso y los reagrupamientos de quienes manejan el capital mundial deben haber echado mano de los más pragmáticos planes para el futuro del mundo. La misma derecha española ya comienza a regañar a sus líderes integristas como Zaplana y Aceves. No pasará mucho tiempo para que generales del PP español pidan responsabilidades políticas a sus directivos y comience una silenciosa purga.
Esto mismo debe haber pasado al interior de Bilderberg y al interior de muchos grupos de decisión europeos y americanos.
Esa derecha manejada por iluminados integristas y mesiánicos debe ser pragmática y silenciosamente apartada de los grupos que deciden. Recordemos que sólo después de un largo tiempo desde que terminó la segunda guerra mundial fue cuando empresas alemanas y suizas fueron condenadas a pagar a las víctimas grandes sumas de dinero. Esto se debe a los cambios de generaciones y a la imperiosa necesidad de mostrarse políticamente correcto.

Pero no es la nueva derecha norteamericana la que parece ser la única como grupo de presión en el club Bilderberg. Los jóvenes alevines de los años 70 y 80 están ahora detentando el poder. El producto interno bruto representado en Bilderberg debe ser enorme. Las empresas representadas allí son enormes e influyentes. Las personas son sofisticadamente preparadas y no verían bien que un grupo de pandilleros maneje el escenario donde sus capitales se mueven. El mundo debe ser de clientes y no de soldados. Las industrias de la guerra no son las únicas que mueven el gran capital. Quizá esto fue bueno en un momento determinado durante la guerra fría pero no es económicamente rentable en estos momentos. Así que los bilderbergers deben haber tomado cartas en el asunto. Lo que sucederá es que los viejos halcones tratarán de actuar por fuera y esto puede producir un nuevo cisma de Occidente. Y nuevos grupos pueden aparecer pero quizá con planes más terroríficos. Todo esto debe ser sopesado en el interior de Bilderberg y en el interior de otros grupos de decisión más ó menos equiparables. Las aventuras que dieron origen a la creación de mafias de grupos violentos de extrema derecha y de otras tramas negras como las italianas ya no son políticamente correctas y ni siquiera rentables. El imperio de lo pragmático podría establecerse entre nosotros con el signo del dinero. Incluso las tesis históricamente de izquierda podrían aflorar porque el medio ambiente, la superpoblación y las grandes inmigraciones así lo aconsejan. Pero será de otra manera un mundo más terrible. Si antes podía plantarse en la puerta de tu casa un pelotón de fusilamiento, ahora se plantaría un pelotón de abogados ó de policías que te conducirían legalmente ante uno de fusilamiento.
La clase de personas que representan en estos sitios al gran capital sólo les interesa la rentabilidad y el poder. Son en su gran mayoría de derecha y no les importa la moral en los asuntos del dinero. Pero a la hora de sus reuniones tienen oponentes. No son una clase monolítica por su enorme cantidad de intereses representados. En sus filas hay elementos neonazis y totalitarios de todo pelaje. Se impone un nuevo orden mundial y esto creará fisuras en sus organismos. La teocracia norteamericana no se dejará desalojar del poder y luchará con armas sucias. La posibilidad de usar las armas nucleares se hace aquí posible porque en su desesperación no les importará el futuro. Es de esperar que el amor por el dinero sea superior al amor por el poder en el seno de sus propias creaciones. Si no es así, el futuro del mundo será una gran corporación mafiosa mayor que la impera actualmente y el siguiente paso será intervenir las leyes de los estados.
Evitar una explosión de ira popular a nivel mundial será la tarea de un gobierno en la sombra y para esto sí servirán personajes como Aznar y Berlusconi ó parecidos.
El control de la codicia en el club Bilderberg podría ser una buena labor de la derecha pero la soberbia de los políticos no permitirá que sean escuchadas las razones de los empresarios.
Las sociedades que hacen la competencia al club Bilderberg son muchas pero es más posible que se fragmente antes de perder influencia.

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