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martes, mayo 8

ANÁLISIS DEL HECHO ELECTORAL FRANCÉS COMO VICTORIA DE LA DERECHA EUROPEA


LA VICTORIA DEL NEOCON FRANCÉS

Francia a esta hora tiene nuevo presidente de la república. Nicolas Sarkozy, de la Unión por un Movimiento Popular, se erigió ayer, con el 53% de los votos, en el sexto presidente de la V República Francesa.

Después de la derrota de Ségolène Royal en las elecciones francesas, el socialismo de España queda aislado geográficamente en Europa. Pero eso no es un asunto mayor, debido a las relaciones comerciales y políticas del mundo moderno. Tal y como se presentan las cosas en el mundo actual, las implicaciones son más inmediatas pero de menor intensidad. No quiere decir esto que el mundo del individuo europeo no sea sensible a el cambio que supone que un neoliberal conservador sea quien dirija los asuntos en Francia. En la Polonia dirigida por integristas católicos el triunfo de Sarcozy es mejor visto que en la España de Zapatero.

No se tardó demasiado en oír a los jerifaltes de la derecha española expresar sus parabienes y auto felicitaciones por el triunfo de Sarcozy. El error consiste en que no se trata de la misma derecha. Mariano Rajoy y Nicolás Sarcozy son ambos conservadores pero no se trata del mismo tipo de filosofía política. La derecha en España no puede reconocer a los intelectuales independientes ni a los periodistas independientes. Todo sucede en clave de guerra. En España ser conservador es ser un seguidor a ultranza de la Iglesia Católica, respetuoso con la España del nacionalcatolicismo de Franco. Eso por supuesto no es compartido por los jefes conservadores de Alemania, Francia e Italia, a no ser que se trate de extremistas de derecha. Los jefes políticos de la derecha parlamentaria de otros países europeos lo expresan suavemente pues no pueden poner en evidencia a quienes muestran un credo similar.

Periodistas de derecha en España han expresado que por distintos motivos el líder conservador español no es del mismo tipo que Sarcozy. Casi con descaro, los extremistas españoles ven al galo como un enviado del demonio marxista.

A la hora de la verdad ambos, Rajoy y Sarcosy, defenderían a un Augusto Pinochet ó a un Adolfo Hitler. Pero lo formularían de manera diferente. En situaciones de crisis los conservadores europeos mantendrían su lealtad con el Estado. Eso los llevaría a formar parte de gobiernos multicolores. La derecha española en su afán extremista no lo permitiría.

Margaret Thacher y George W. Bush estarían de acuerdo en la manera de acabar con los inmigrantes en sus respectivos países. Pero Sarcozy no los apoyaría visiblemente como lo haría Mariano Rajoy. El francés es un poco más laicista, pero todos ellos estarán de acuerdo que en los colegios los alumnos deben ponerse de pie al entrar el profesor. Quién es el profesor sería el problema a discutir entre ellos. Para los anglosajones no cabe la menor duda que debe ser blanco, alto, de buena posición económica ó que lo parezca, cristiano y a ser posible practicante. Rajoy además recomendaría que fuese católico. Todos ellos no permitirían que fuese negro ó suramericano. Mucho menos asiático. En la Francia moderna, ser negro o de orígenes tercermundistas es todavía un problema a la hora de obtener trabajo. El nuevo presidente francés no le queda más remedio que soportar y contar con lo que piensen los socialistas de su país y andar con mucho cuidado al expresar su xenofobia. Hace muy poco que tuvo que rectificar en público el haber amenazado con hacer “limpieza” en los barrios pobres de París y en los suburbios de la ciudad luz poblados mayoritariamente por negros de las colonias americanas y africanas, y por sudamericanos. Los hechos de violencia de 2006, después que dos chicos negros murieron electrocutados al intentar huir de la policía, marcaron la tendencia de estas pasadas elecciones. Pero no fue suficiente porque muchos inmigrantes y sus descendientes piensan que una buena integración pasa por no contrariar a los lugareños en lo político. Recordemos que muchos judíos ricos “entendían” lo que parecían bravuconadas de Hitler y que pasadas las elecciones de 1933 sus amenazas caerían en el olvido. Sarcozy a anunciado dentro de sus promesas electorales crear un ministerio de inmigración e identidad nacional. Eso suena a amenaza fascista y no es nada raro en un eslavo proveniente de la sangre azul venida a menos. Es de familia húngara pero no lo veo muy diferente de Milosevic ó el actual Presidente del Banco mundial, el señor Paul Wolfowitz.

Los dueños del capital en Europa provienen de familias de raza blanca, que pudieron superar la segunda guerra mundial en medio de los negocios que surgieron con la reconstrucción a la luz del plan Marshall. En España, las familias que gozaron de los favores del régimen nacional católico de Francisco Franco y que tomaron tierras, ganados e inmuebles de los perdedores, lo tuvieron más fácil que los franceses y alemanes. La suerte no ha favorecido por igual a los europeos y esto debe ser conocido por la juventud europea en un auténtico ejercicio de Memoria Historica.

Es el momento de que la izquierda en Europa haga un esfuerzo de pedagogía política. Ahora más que nunca es necesario que el individuo medio europeo sepa qué demonios significa ser de izquierda ó ser de derecha, ó que tan relativo es eso con relación a su trabajo, su familia, su entorno inmediato…

EL TAMAÑO DEL ESTADO

Los neoliberales quieren un estado pequeño, al servicio de la iniciativa privada. Que sólo sea un recaudador de impuestos y que sean los ciudadanos quienes realmente conduzcan al Estado a través de sus empresas privadas. De tal manera que cárceles, hospitales, colegios y universidades, carreteras, ejércitos, transportes, y toda actividad humana sea el producto de una iniciativa privada individual ó colectiva.
El ser humano se convierte de esta manera en el cliente. Debe por lo tanto el Estado de organizar las cosas para que el cliente esté en condiciones de comprar. Debe el ser humano estar en condiciones de producir para la empresa aquellos activos financieros que mantengan la maquinaria capitalista debidamente engrasada. Las organizaciones supranacionales como el Banco Mundial deben alertar sobre los yacimientos de dinero allí donde sean descubiertos. Aunque parezca un mal chiste, esos yacimientos están siendo estudiados.
Lógicamente habrá quien se oponga a esta forma de ver el comportamiento de la sociedad. Por lo tanto el Estado debe permitir a las sociedades de dueños tener sus ejércitos privados, paralelos a los ejércitos nacionales. Estos ejércitos privados, deben defender a la empresa privada de aquellos quienes intenten robar ó destruir a las empresas privadas.
Para el pago de los ejércitos privados, toda la sociedad debe involucrarse en su mantenimiento, para que las empresas privadas no tengan que gastar dineros en ese menester.

QUIENES PAGAN LA MAQUINARIA DE GUERRA

Para las guerras internacionales, conflictos entre países, ó la defensa nacional, los ejércitos nacionales deben contar con la financiación que permita su funcionamiento. Eso debe salir del dinero que el Estado recaude entre todas las personas físicas ó jurídicas. Pero es un enorme negocio que no debe escapar de las redes del capitalismo mundial. Eso se ha establecido muy bien en los Estados Unidos, donde empresas como la KBR-Halliburton prestan servicios de guerra, desde la alimentación a las tropas como el manejo de los soldados mercenarios. En la guerra ilegal de Irak, donde se mueven los intereses inconfesables de las armas, el petróleo y la guerra, no hay espacio para las discusiones de los políticos. En esta tesitura, los comunes mortales vemos como el costo de la guerra queda diluido en lo que pagan más de 6.000 millones de clientes. Las utilidades que generen el petroleo ó el comercio de las armas sí tienen dueño. De todo eso no se beneficiará nadie que no pertenezca a ese 1% de la población mundial que determina el curso de la historia. El Estado norteamericano paga a esas empresas de la guerra con el dinero procedente de la recaudación de impuestos (el 20% de casi todo lo que se comercializa dentro de los EEUU).

Dice Sharon Smith en Rebelión.org : “…Según Edward N. Wolff, un experto en concentración de la riqueza, en 1976, el 10 % más rico de las familias norteamericanas tenía el 50 % de la riqueza de la nación; para 1995 acaparaban el 70 % de toda la riqueza, y el 20 % de las familias más ricas poseía el 83 % de la riqueza -- mientras el restante 80 % de las familias era dueña sólo del 17 %.
La brecha entre ricos y pobres ahora es oficialmente más grande que en cualquier otro momento desde la presidencia de Herbert Hoover. Como consecuencia, los estándares de vida están en una espiral descendente para la clase trabajadora en la nación más rica del mundo…”

El ciudadano medio norteamericano ve muy bien que su dinero se use en la defensa del mundo libre. Las guerras siempre son por la defensa de ideales superiores. Alguien tan honesto como el señor Bush ó el señor Cheney no puede estar pensando sino en el beneficio de todos los norteamericanos. Además, casi todos los días hablan con Dios y éste les dice cual es el camino correcto.
Sarcozy no puede decirle a los franceses que Dios le dice al oído como manejar el dinero de los contribuyentes ó como expulsar a los oscuros inmigrantes. Ni siquiera Rajoy podría decirlo en España sin provocar las carcajadas colectivas hasta de los militantes de su propio partido. Los incrédulos franceses no lo soportarían, pero tiene que apoyar esos grandes negocios que manejan en los Estados Unidos, el pueblo con el que Dios le ha puesto los cuernos a Israel. El nuevo presidente galo tiene que andarse con cuidado y manejar ostensiblemente su laicismo porque los franceses no comen tanto cuento como los yankis. Pero debe ser “comprensivo” con el Emperador. Eso no se lo plantean Aznar y Rajoy para quienes la riqueza es signo de una clara elección divina. Franco les dejó grabado a fuego que el capital es la forma como el Dios de los católicos favorece a quienes le adoran.

POCOS RICOS Y MUCHÍSIMOS POBRES, LA CLAVE DEL NEGOCIO…

La concentración de la riqueza es el nuevo signo del desarrollo. No sólo pasa en Estados Unidos ó en Europa. En Suramérica es más ostensible, pero sucede de tal manera que si algo beneficia a los ricos, es todo el país el beneficiado. Uribe lo ha logrado en Colombia. El año pasado mostró como las terminales aéreas y de autobuses en las grandes ciudades colombianas se llenaban. El dinero corre ahora a raudales. Pero la pobreza es más extrema en ese país. Los índices de miseria han crecido en Colombia, pero el gobierno de Uribe ha maquillado datos y las instituciones como el Dane están trabajando para mostrar blanco lo que es negro. Allí las instituciones se deben al gobierno de turno y es mucho más fácil dictar los deseos de un gobierno a las instituciones supuestamente imparciales. No es extraño que la percepción del ciudadano medio lo vea así, porque en los mismos Estados Unidos está claro que si no haz sido invitado al banquete de los ricos es porque te lo mereces. En algo debes haber ofendido a Dios si no recibes sus beneficios y bendiciones. Por eso es tan importante que el americano medio crea en cualquier dios. Si las cosas están escritas desde el cielo menos gente puede ser denunciada.

En medio de esta lucha política por hacer de este mundo un planeta de clientes satisfechos, el dios dinero seguirá cobrando tributos de la manera más extraña. Nos cuenta Salud Hernández Mora, que en la trepidante Bogotá, un demonio vestido de jefe ha empujado a la muerte a un jóven ejecutivo. Es la soberbia que está presidiendo la vida del mundo capitalista y espero que non el tiempo veamos en su justa medida la tragedia a la que está siendo empujado este mundo.






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