Visitas desde Mayo 17 de 2008

lunes, julio 28

Las barbas de Uribe



Las barbas de Uribe.

Con la detención de un “malo oficial” como Karadzic, el presidente Uribe de Colombia debería haber puesto sus barbas a remojar.

Pero con toda seguridad no lo hará, porque se considera muy seguro al ser el protegido por la más portentosa maquinaria de guerra de la historia. Además, él no es un “malo oficial” como Karadzic ó su compatriota Milosevich. Tampoco es un jefe de estado perteneciente al llamado por Bush “eje del mal”.

Al igual que Karadzic, Uribe es un piadoso religioso, que reza en público y se encomienda a todos los santos de guerra como Santiago.

Al tenerse que esconder, con la ayuda de los servicios secretos serbios, Karadzic se dedica a otra rama de su carrera política, como es la de vender talismanes y formas para alejar malas energías. Uribe si se tiene que esconder puede ejercer de “culebrero”, cosa que ahora hace pero en clave política. El peludo Dr, Dabic, tendría que explicar a Uribe como hacer lo que hacía en su natal Serbia y que durante más de diez años le sirvió de elegante tapadera. Hasta escritor en revistas “científicas”.

Como culebrero elegante, a Uribe no le quedaría difícil vender pócimas para la felicidad ó cremas para alejar los malos espíritus. Lo ha venido haciendo desde 1985, cuando conectó con los patrióticos verdugos de la Unión Patriótica que limpiaron de comunistas y sindicalistas a todo un país que caminaba tranquilo por la senda de lo correcto, dónde el humilde siervo cumplía lo ordenado por el rico señor, dueño de su destino y de su vida.

Pero hoy, una incómoda institución como la corte suprema de justicia, como una mosca cojonera, hurga en el pasado político del señor presidente. Ignora la corte que su honesto actuar político, Uribe ha tenido que sobornar, llegar a acuerdos con paramilitares defensores de la libertad de ser más ricos, ordenar trabajos sucios y pedir ayuda al Tío Sam, porque los valores eternos de Colombia hay que defenderlos aún de la llamada democracia. No valen el ruido de martillos de jueces que defienden incluso los derechos de los pobres como si ellos fuesen los dueños de algo. No entienden los jueces de la corte que los verdaderos dueños de vidas y bienes son las familias blancas y cristianas que Dios ha premiado con el usufructo de una planta que es la mayor productora de dinero y de guerras. Dios protege así a sus criaturas más menesterosas.

Que cerca de 60 líderes políticos defensores del Pan-Uribismo estén entre rejas, se lo debemos a las extrañas fuerzas del mal, con los comunistas a la cabeza. Así que como caballeros modernos, los paramilitares tienen que blandir sus ametralladoras y motosierras para defender el honesto negocio del narcotráfico que en definitiva es el origen de un dinero que servirá para el progreso de la nueva Colombia. Esa nueva Colombia donde las familias ricas y cristianas de toda la vida sigan trabajando en la defensa de la libertad.

Ingrid Betacourt lo sabe y por eso apuesta por Uribe. Sabe que la mejor defensa de los privilegios de su clase es un buen ataque de los amigos de Uribe.

No hay comentarios: