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jueves, octubre 18

Von Wernich en Argentina, Alberto Santofimio en Colombia y la ley de la memoria histórica en España


Von Wernich en Argentina, Alberto Santofimio en Colombia y la ley de la memoria histórica en España.

Descubrir los secretos de la historia es el demonio que se aparece todas las noches en los sueños de quienes guardan cadáveres en los armarios de su entorno cercano. Desde 1936 en España se cometieron las tropelías propias de una guerra entre hermanos. El miedo al dictador no desapareció de golpe con la muerte de Franco. De hecho, la intentona golpista de 1981 por parte de la extrema derecha nacional-católica española puso de manifiesto que el monstruo no había muerto y que solo estaba dormido por cansancio después de 40 años al mando de este gran país europeo.

Ese miedo dejó su impronta en esa ley no escrita de punto final llamada pomposamente “transición española” que en definitiva era un silencio pactado a cambio de dejar entrar la democracia en España tal como se entendía en el resto de Europa.

El silencio estaba centrado en no usar nunca las razones del golpe de estado ejecutado por Franco y la respuesta republicana para que en un ambiente de perdón y olvido se llevara a cabo la nueva experiencia de una democracia.

Los jefes militares de entonces nunca vieron con buenos ojos que la izquierda y los republicanos vencidos en la guerra civil tuviesen voz y voto en un futuro gobierno que siempre fue de “los verdaderos” españoles, es decir los católicos ultraconservadores.

Pero Juan Carlos I tenía otra visión y quizá otros planes, por lo que tuvo muchas dificultades para sacarse de encima a los fascistas civiles, militares y eclesiásticos que tenía en su entorno más cercano, incluido el entorno familiar.

Hoy, muchos años después de esa guerra civil, el gobierno socialista de Zapatero intenta formalizar una ley que ponga en su sitio las consecuencias de esa guerra fraticida. Por supuesto, la derecha más conservadora arremete contra esa ley. Pero en 2007, pocos secretos pueden quedar sepultados para siempre. El origen de las grandes fortunas de algunas familias puede estar en entredicho dentro de pocos años. La inestimable ayuda de la iglesia católica a la entronización de mafias locales y las amenazas para que cambiaran de dueños tierras, ganados, propiedades y dineros, quedó relegada al olvido letárgico de 40 años de dictadura nacional-católica.

Pero las víctimas republicanas no olvidan sus peripecias y aún viven muchas de ellas.

Además en este ambiente de globalización, dónde las noticias de otros conflictos y sus consecuencias son conocidas al instante gracias a la magia de Internet, la radio y la televisión, poco puede escapársele al grueso de la población.

Por lo tanto, las comparaciones no se hacen esperar y después de la condena a cadena perpetua del sacerdote católico Christian Von Wernich, hallado culpable de crímenes de lesa humanidad, actuando como capellán militar de los servicios secretos de la dictadura militar argentina, más la condena en primera instancia del ex senador Alberto Santofimio en Colombia como uno de los autores intelectuales del magnicidio perpetrado en la persona de Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato a la presidencia colombiana en 1989.

Todo esto es un asunto de tendencias. Y es un aviso para navegantes en España. Veamos los antecedentes y encontremos las causas por las que ambos grupos de generales golpistas necesitaron de los servicios de agentes de la iglesia.
El caso de Von Wernich es fácilmente trasladable a la España de 1940 porque fueron este tipo de sacerdotes quienes ayudaron a tejer las redes que atraparon a muchos incautos republicanos quienes confiando en las piadosas sotanas, entregaban información delicada que era utilizada por los fanáticos militares de Franco y paramilitares como los requetés y falangistas en busca de terrenos de rapiña, cosa que a las autoridades militares del “movimiento nacional” franquista no querían ó no podían controlar.

La situación Argentina 1974 y España 1936 tiene en común que ambos países habían situado a generales golpistas de derecha que salvaban aparentemente a sus naciones de las garras rojas del comunismo. Ambos países llegaron muy lejos en esas pretensiones y contaban con la ayuda exterior de grupos que aún hoy no han sido completamente estudiados, independientemente de los Estados Unidos de Kissinger y de los grupos económicos europeos con intereses en la Argentina de aquella época.

En realidad en ambos casos se estaban estableciendo las bases sólidas de la dominación de unas clases económicas sobre otras, con el ropaje de una “revolución nacional sindicalista” dirigida por Franco, en el caso español, y por Videla en el caso argentino.

En España la tarea fue mucho más fácil a partir de 1941, pues acabada la guerra civil, Franco quedó con las manos libres para ajustar cuentas en el interior sin las ataduras que hoy no permitirían tal conducta. Juicios sumarios, muertes por decreto sin explicaciones, amenazas muy efectivas, terror en la población, hambre y privaciones que hacían más fácil el reparto del botín de guerra, aceptación cristiana de la situación, población asustada y alienada. En Argentina los militares robaron niños arrancándolos prácticamente de los brazos de sus madres “terroristas”. En España se hizo algo mucho peor como fue el tratamiento que se dio a los niños separados de sus padres “rojos”, ó muertos en la guerra, dentro de los orfanatos instalado por las fuerzas franquistas. También debió darse el apropiamiento de bebés en un mundo bajo la salvaje ley del vencedor. No había necesidad de cumplir trámites legales, mucho menos en medio del disfrute de la soberbia de la victoria.

Pero lo que se ha dado en Colombia estos días con la condena a 24 años de cárcel a Santofimio dice mucho si lo trasladamos a la España de los años 40. Siempre se ha hablado de la ayuda que la mafia siciliana dio a las tropas norteamericanas antes y durante la segunda guerra. Lo que poco se sabe es la ayuda que la delincuencia organizada española dio a Franco, o el pago que éste dio a los grupos que lo apoyaron. Hoy se sabe que la extrema derecha española dirige sin el menor rubor el mundo de la prostitución. ¿Costumbre de los padres..tradición laboral..?

Se sabe que el tráfico de esclavos para las obras faraónicas de Franco fue un hecho que pasó desapercibido por la misma población española. En estos alquileres de presos se movieron muchos millones durante años. Es difícil creer que el mundo del hampa organizada no tuviese que ver nada con esto.

Precisamente en la tierra del dictador, Galicia, es donde ha florecido el hampa del narcotráfico. Puede ser casual, pero en una tierra de siervos y señores es dónde mejor se pueden dar las condiciones que se han dado en Colombia, donde una oligarquía enseñó a sus siervos que solo debe trabajar aquel que no dispone de riquezas.

Lo que querían Pablo Escobar y Santofimio, una narcorepública próspera, con una clase dominante de narcotraficantes con títulos universitarios, políticos defensores de una “narcolegalidad” es lo que ya se había intentado en la Italia del siglo XX pero de una manera tan grosera que no pasó de un buen intento y algunas materializaciones en pequeños territorios del sur y el centro de la bota italiana.

Ese sueño de la derecha tenía que ser diseñado a muchos años de gestación con la ayuda de grupos ultraconservadores norteamericanos y la inestimable ayuda de la iglesia católica experta en esto de trabajar durante varias generaciones como lo dibuja Vicente Blasco Ibáñez en su novela “La araña negra”.

Pero varios grupos incontrolados como los representados por Escobar-Santofimio se han presentado en la historia y han desordenado la tarea ya expresada desde los tiempos de Cesar Borgia. Este desorden ha sido castigado por los detentadores del poder y conocedores de esa gran tarea que no permite la irrupción de aficionados.

A mediados del siglo XX en España aparece otra gran mafia que viste galas sacerdotales y aparece como una piadosa organización religiosa: El Opus Dei. Es la manera española de organizar los cuadros del hampa bajo las rígidas costumbres religiosas. Las nuevas clases mafiosas españolas deben seguir normas globales, contribuir con el neoliberalismo, disminuir la presencia del estado, alejarse de los grupos criminales comunes, presentar ante el gran público una imagen políticamente correcta, definir bien que ricos deben pertenecer a la organización y defender los negocios de sus asociados. A cambio la santa mafia hace el Lobying correspondiente ante las instancias estatales, organiza encuentros, media en casos de litigio, etc. Etc.

Santofimio no podía esperar generaciones. Así que el asesinato de Luis Carlos Galán era sólo un atajo que valía la pena tomar. La vida política de éste senador colombiano es el ejemplo de una impaciente estrategia que chocó con los planes de otros superiores y más fuertes con la misma

Noriega en Panamá y Uribe en Colombia son casos de impaciencia más que de delincuencia pura. Ese problema ya lo han tenido en España y en Italia, pero se han encontrado esas fuerzas de derecha con el muro impenetrable de la socialdemocracia europea, con fuertes sindicatos, con partidos de izquierda conocedores de la historia, con intelectuales consecuentes y honestos.

Así que en España deben ser descubiertos para los ciudadanos esos hechos imperceptibles como por ejemplo que esa pretendida campaña contra la ley de la memoria histórica lo que encierra es el deseo de parar la posibilidad de llegar a juicios similares a los de Von Wernich y Santofimio. Además que la nueva economía global tiene que usar grupos fuera de la ley para que el narcotráfico y los contrabandos de gentes y mercancías mantengan engrasada la maquinaria neoliberal como sucede en los Estados Unidos, donde se tiene que ser al mismo tiempo el mayor consumidor de drogas, el mayor lavador de activos financieros y al mismo tiempo el mayor “opositor” al negocio del narcotráfico.

De lo contrario, nunca sabremos quienes fueron los verdaderos delincuentes durante y después de la guerra civil española, quienes fueron los Von Wernich y los Santofimios que aún hoy en España no han sido juzgados por el hecho de haberse cerrado en falso la tan cacareada “transición española” que fue en la practica una ley de punto final como la firmada por el neoliberal Carlos Saúl Menen en la Argentina.

Mi amigo Edgar González Ruiz me ha pedido que incluya en mi blog uno de sus artículos sobre un caso de acoso clerical contra una ciudadana en el México del ultraconservador Calderón. Es éste presidente quien quiere reforzar las capellanías militares debido a los buenos resultados que dieron personajes como Von Wernich a la junta militar de Videla en Argentina. El clero en el ejercito dio buenos resultados a Franco y ésa es una experiencia que no puede pasar por alto a la derecha :

http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=43080

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