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martes, agosto 19

LA LIGA DE DON ADOLFO.


LA LIGA DE DON ADOLFO.


Don Adolfo fue un hombre con suerte muy desigual. Quiso ser el rey de un país en el que no había nacido y lo logró. Quiso ser alto, rubio y bonito y nació pequeño, moreno y feo.

Quiso apoderarse de un continente y lo logró. Quiso gobernar por 1000 años y no pasó de 12. Quiso asustar al mundo con su verbo depredador y sus rugientes cañones y lo logró. Quiso ganar una guerra y la perdió…

Quiso tener la lanza de Longinos y se tuvo que suicidar con veneno. Quiso ser el abanderado de la ley y el orden y convirtió todo un país en delincuente. Todos esos desaciertos han quedado en la memoria de sus hijos políticos y desde la espantosa y vergonzante derrota, al otro lado del Atlántico tomaron con fuerte determinación el testigo y se hizo, con ayuda de incondicionales amigos, un trasiego de señores de la guerra que prepararían las bases para lanzar otro asalto al planeta.

Pero con tanta gente, tantas nacionalidades, tantas sensibilidades de la nueva derecha, se imponía una liga de guerreros con todas las lecciones de 1945 debidamente aprendidas. Una nueva derecha tenía que ser de otro perfil, de mostrar botas relucientes y sobrecogedora gorra de plato, había que enseñar amplias sonrisas, chaqueta y corbata de moda, ser políticamente correcto y por sobre todo estar siempre pendientes de los “piratas” que deseaban copiar el modelo sin el debido permiso del Olimpo conservador.

Una “copia” se le permitió a don Carlos Saúl, pero fue un intento fallido del que tenía que alejarse ese Olimpo conservador.

Otras “copias” las tienen, entre otros, don Silvio, don José María y don Álvaro. Pero después de la enredada experiencia de Los Balcanes, el Olimpo conservador anda con pies de plomo y siempre listos a condenar y distanciarse de sus propias creaciones. En Colombia, las “copias” manejadas por don Pablo y don Alberto se salieron de madre y hubo que usar la fuerza de los ejércitos para arrebatarles el poder que sin permiso habían ganado. Como los líderes de la antigua Yugoslavia, don Slodovan y don Radovan, se convirtieron en “malos oficiales”, diferentes a “nuestros hijosdeputa” como los dictadores de las repúblicas bananeras.

La liga de don Adolfo no ha estado funcionando bien y desde 1945- 1954 no había sido sometida a reparaciones. Precisamente en 1954 es fundado el club Bilderberg con el objeto de comenzar a poner orden en el direccionamiento de acciones políticas a nivel mundial. El cambio de siglo, casi 50 años después, era el momento adecuado para poner orden en casa.

Para esa tarea, don George y su padre tenían que terminar el trabajo del abuelo, don Prescot…

Pero con la algarabía y el ruido de la historia no era posible hacer un trabajo serio sin un guión. Ese guión al fin salió con la marca de PNAC (Proyecto para un nuevo siglo Americano) elaborado por los alevines de don Richard y don Henry debidamente adiestrados en los primeros años 70. El PNAC ha sido muy útil, aunque con los altibajos propios de la puesta en funcionamiento de un nuevo dispositivo. Los hechos llevados a cabo por don Carlos Saúl, en argentina, se hicieron muy mal y quedó al descubierto gran parte de los planes que el Olimpo conservador tiene para el resto del mundo.

Esperan tener mejor suerte con la actuación de don Álvaro, pero con el sobreaviso de internet, se ha perdido mucho del efecto sorpresa. Es muy difícil trabajar contra el enemigo sabiendo él cuales son tus planes de batalla.

Así que el trabajo del abuelo Prescot tiene hoy un guión muy bien elaborado y procede de la más rancia y pura esencia del conservadurismo norteamericano. Buen tratamiento del odio y del miedo, de la xenofobia y del racismo sin que sea muy notorio. Los conservadores procedentes de las agradecidas familias ricas de Suramérica y de Europa no pueden ver en las expresiones del PNAC algo políticamente incorrecto. Los periodistas proclives al conservadurismo les explican el verdadero significado del PNAC a sus lectores. Todo es una lucha titánica contra el terrorismo y la ignorancia. Para ello tiene que quedar claro qué es “la libertad” y qué es el terrorismo, pues con estas dos palabras tiene que edificarse una estructura filosófica muy eficiente y que trabaje a favor de las familias detentadoras del poder en los diferentes ambientes ciudadanos.

En la Argentina y el Chile de los años 90 la palabra “neoliberal” era bien usada por los periodistas pero mucho mejor usada por los jueces de las cortes, los directivos sindicales y los empresarios con ganas de trabajar por su país. De este modo fue muy fácil convencer a los argentinos que votando por don Carlos Saúl, las privatizaciones anunciarían una prosperidad y una abundancia de empleo sin precedentes en el país que mejor garantizados tenía los derechos de los trabajadores en Suramérica. Los “Chicago boys” ya habían estado dando conferencias por todo el mundo, el milagro chileno de don Augusto no tenía por qué ser cuestionado pues estaba a la vista de todo el mundo su resultado. Además doña Margaret y don Ronald trabajando a dúo en algunos terrenos, habían alejado los fantasmas de los sindicatos y de los fastidiosos y rojos derechos humanos.

Como siempre, sin saber por qué, la clase trabajadora fue traicionada, saqueado el país, fugado el capital de los ahorradores, el desempleo llegó a cotas imposibles, y por supuesto, don Carlos Saúl, libre de toda sospecha. Los rojos terribles, comunistas y ateos estaban detrás de esa conspiración. Eran otros los culpables pero para esto de mostrar “otros culpables” tenía que ser homologado el culpable con el rótulo “terrorista”. Esto quedó bien claro después del 11-S de 2001, aunque los hechos, bien oscuros, apuntan a Occidente…

Así que don Prescot y sus hijos y nietos tienen que esperar. Pero como todo gran plan de acción, tiene variantes y alternativas. El fin principal es el poder y para ello es indispensable la acumulación de riquezas. Sin el menor rubor, se trata de disponer de una enorme riqueza y un poder incontestable. Pero no debe ser conocido esto por la población mundial, a no ser una cantidad y calidad de personas manejable.

Para que el grueso de la población mundial sea debidamente manejable son necesarias muchas estrategias que deben funcionar con su propia dinámica. La principal es que se crea en mundos metafísicos. La creencia en dioses y similares deja el terreno muy abonado para otras siembras. Platillos voladores, extraterrestres, viajes en el tiempo, drogas milagrosas, venidas de Mesías esperados, enloquecidas leyendas urbanas, etc., etc. Son otros asuntos que dibujan muy bien el ruido de fondo. Queda siempre alguna razón en el ambiente que corrobora alguna creencia. Da lo mismo si es Dios ó un extraterrestre el causante, lo importante es que el mensaje quede alojado en los cerebros…

Las cosas tienen que funcionar solas y para ello, además de las creencias, debe haber “algo más” en el ambiente. Las drogas, duras y blandas no pueden estar fuera de este teatro. Cumplen un cometido invaluable. Producen enormes cantidades de dinero y mantienen ocupada a la sociedad en persecuciones y apuntamiento de “culpables”…además tienen a la población alejada del conocimiento, de la cultura, de los libros…

Pero hay efectos secundarios muy molestos: El dinero producido no está siempre en las manos apropiadas. Un indio ó un sudamericano católicos no tienen por qué disponer de tanto dinero. Lo correcto es que un anglosajón protestante y de origen europeo sea el dueño del dinero. Además este dinero tiene que estar en los bancos apropiados y no en bidones enterrados como huesos que guardan los perros.

Para solucionar este problema, don Álvaro debe meter a todas estas personas en cintura, y dejarles bien claro que los jefes son otros, que ellos son sólo partes importantes del mecanismo de una máquina superior pero que sus controles deben estar en manos apropiadas. No debe permitir la idea de legalización de las drogas, no todavía, hasta que la industria farmacéutica mundial se pueda hacer cargo de tal trabajo titánico. Difícil tarea la de don Álvaro, pues sabe que la espada de Damocles estará siempre cerca de su cuello…

Pero es el personaje ideal, pues en todo momento el Olimpo conservador puede “descubrir” el pasado de don Álvaro y convertirlo en “malo oficial”, dejando de disfrutar del cómodo papel de “nuestro hijodeputa” …

La tarea de don Silvio es más fácil. De hecho en la Italia del siglo XXI, el país del partido comunista más fuerte y grande de la Europa del siglo XX, se muestra muy lejano. La población tiene muy claro cual es la dirección de su gasto. Allí ser pobre y de piel oscura ó amarilla, es el mayor pecado contra esa patria cuna de los mayores imperios de la tierra. La soldadesca romana y los sacerdotes de la iglesia católica hicieron un trabajo gigantesco durante siglos. Formaron imperios y naciones. Es pues la actual Italia la mejor nación-estado para llevar a cabo las tareas que el Olimpo conservador ha previsto para este decadente planeta.

Además, la Italia de la Cosa Nostra, la Camorra y la Ndrangheta ya ha ensayado un modelo político que da resultados muy cercanos a los deseados por el Olimpo conservador. Pero sólo es el modelo. Eso es lo que don Silvio debe tener claro: sólo el modelo.

Don Álvaro ha tomado este modelo y lo ha impuesto muy eficientemente. De hecho, la población de su país le otorga un nivel de confianza muy alto. Es el salvador del país. Ha ganado batallas contra el terrosismo. Su liderazgo no tiene parangón en la historia reciente del país. Posiblemente gane un tercer período presidencial para afianzar su lucha contra el terrorismo.

Don Rodovan, una vez puesto tras las rejas por órden del T.P.I., pudo disfrutar frente al televisor de las manifestaciones que lo apoyaban y lo definían como ese gran patriota que limpió a Serbia y a su enclave Kosovo de sangre foránea. La limpieza étnica que desarrolló en Kosovo es el espejo en el que don Álvaro, don Silvio, don José María, don Carlos Saúl y otros, deben mirarse. Debe hacerse lo mismo pero de forma imperceptible. Es el ejemplo pero no la forma. No deben pasar a engrosar la lista de “malos oficiales”.

Esta es pues la liga de don Adolfo. Una liga muy bien formada con el beneplácito de partidos de derecha, pero contra todo pronóstico, también de partidos de izquierda. Las cortinas de humo han sido tan espesas que muchos ahora se preguntan como pudieron defender algunas cosas hace 20 ó 30 años.

La liga de don Adolfo será implacable contra el nazismo, defenderá a los judíos y estará con aquellos que defienden la libertad…sólo que es precisamente lo contrario.

Continuará …

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