Acababa de aprender las labores de
un de broker naviero, cuando un amigo me
pregunta si puedo conseguir un barco para unos armadores venezolanos. Mi padre
me dio información desde el punto de vista de un inspector naval, de una casa
clasificadora, que aspectos tener en cuenta.
Aparte de detalles técnicos, como
en toda compra-venta, hace falta
infundir confianza. No solo la firmeza y la sinceridad, sino todas las artes de
convicción, cuando ante todo, uno está convencido de algo.
Aspecto difícil cuando están
involucrados unos volúmenes de dinero considerables. Los interlocutores
enseguida se dan cuenta si tengo o no tengo experiencia. Así que primero busco
un pesquero atunero para una empresa venezolana….como no es muy importante el
tiempo de entrega, me da tiempo a ver
documentos del vendedor y la historia financiera del comprador.
En menos de un mes, el barco cambia
su bandera española por la venezolana. Así, cuando me toca el plato fuerte, un
carguero español, debe ser adquirido por un armador venezolano.
El barco debe ser reparado primero
y las labores se hacen en un astillero de las islas canarias. Así que los
viajes, papeles, certificados, discusiones no se hacen esperar y descubro
unos aspectos de la vida del mar que no
los hubiese comprendido de no haberlos vivido.
Pero esas labores tienen sus
efectos colaterales que son fundamentales para mi. Con 43 años, me enamoro de
una mujer de extremada belleza…así que en 1994 ya había nacido mi hija
pequeña…rápido…sin saber a que horas…
Hoy, después de haber trabajado en
un astillero enorme, de servir de broker
y escribir sobre historia mundial de la contracción naval, echo de menos esos
aceleres y angustias. Nadie está contento con la lluvia, es decir que nunca llueve
a gusto de todos, pero quizá en los sinsabores es precisamente donde está el
sabor de la vida.
En este tiempo, el cáncer y el
narcotráfico me han arrebatado la amistad de amigos muy queridos y con vidas
mucho mas intensas que la mía.
No se por lo tanto si debo estar
contento por no ver el partido o por no pertenecer al equipo…la sensación de
perderme vivencias es muy grande.
Todos los años salen millones de
estudiantes de las universidades, miles de diseños de grandes máquinas o increíbles proyectos…la
vida intelectual de este planeta es trepidante y se que hay cosas que nunca
conoceré y que hubiesen sido una pasión…
Tengo que conformarme con mirar ese
mundo desde mi ventana y desde mi pantalla
de computador. Para eso, debo hacerlo con la pasión del principiante y
la mesura del maestro, deseando que sea una larga aventura.
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