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miércoles, julio 4

El Broker


Acababa de aprender las labores de un  de broker naviero, cuando un amigo me pregunta si puedo conseguir un barco para unos armadores venezolanos. Mi padre me dio información desde el punto de vista de un inspector naval, de una casa clasificadora, que aspectos tener en cuenta.

Aparte de detalles técnicos, como en toda  compra-venta, hace falta infundir confianza. No solo la firmeza y la sinceridad, sino todas las artes de convicción, cuando ante todo, uno está convencido de algo.

Aspecto difícil cuando están involucrados unos volúmenes de dinero considerables. Los interlocutores enseguida se dan cuenta si tengo o no tengo experiencia. Así que primero busco un pesquero atunero para una empresa venezolana….como no es muy importante el tiempo de entrega, me da tiempo  a ver documentos del vendedor y la historia financiera del comprador.

En menos de un mes, el barco cambia su bandera española por la venezolana. Así, cuando me toca el plato fuerte, un carguero español, debe ser adquirido por un armador venezolano.

El barco debe ser reparado primero y las labores se hacen en un astillero de las islas canarias. Así que los viajes, papeles, certificados, discusiones no se hacen esperar y descubro unos  aspectos de la vida del mar que no los hubiese comprendido de no haberlos vivido.

Pero esas labores tienen sus efectos colaterales que son fundamentales para mi. Con 43 años, me enamoro de una mujer de extremada belleza…así que en 1994 ya había nacido mi hija pequeña…rápido…sin saber a que horas…

Hoy, después de haber trabajado en un astillero enorme, de servir  de broker y escribir sobre historia mundial de la contracción naval, echo de menos esos aceleres y angustias. Nadie está contento con la lluvia, es decir que nunca llueve a gusto de todos, pero quizá en los sinsabores es precisamente donde está el sabor de la vida.

En este tiempo, el cáncer y el narcotráfico me han arrebatado la amistad de amigos muy queridos y con vidas mucho mas intensas que la mía.

No se por lo tanto si debo estar contento por no ver el partido o por no pertenecer al equipo…la sensación de perderme vivencias es muy grande.

Todos los años salen millones de estudiantes de las universidades, miles de diseños  de grandes máquinas o increíbles proyectos…la vida intelectual de este planeta es trepidante y se que hay cosas que nunca conoceré y que hubiesen sido una pasión…

Tengo que conformarme con mirar ese mundo desde mi ventana y desde mi pantalla  de computador. Para eso, debo hacerlo con la pasión del principiante y la mesura del maestro, deseando que sea una larga aventura.


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